Mendoza apuesta fuerte: con un plan estratégico actualizado, busca reavivar el turismo apostando por rutas alternativas, destinos menos explorados y experiencias sensoriales que sorprendan hasta a quienes creen conocer la provincia.
El plan contempla tres ejes principales: descubrimiento, sostenibilidad y experiencias inmersivas. En el primero, se abrirán circuitos en valles poco conocidos, viñedos emergentes, senderos de montaña olvidados y rutas culturales por pueblos interiores. La idea es descomprimir los puntos clásicos (Valle de Uco, Luján, Ruta del Vino) y diversificar la oferta.
En sostenibilidad, se prioriza diseño de senderos que minimicen impacto, gestión de residuos, infraestructura ecoamigable y capacitación a prestadores locales. Se pretende que cada visitante aporte al entorno, no que lo degrade.
Para experiencias, se lanzan propuestas como “Noche de Cielos”, con observación estelar guiada, “Vendimia alternativa”, con cosecha manual en bodegas boutique, y “Ruta del Sabor”, conectando productores locales con turistas para degustaciones directas. También habrá festivales culturales móviles en distritos rurales y museos vivientes itinerantes.
El plan ya cuenta con respaldo financiero del gobierno provincial y alianzas público-privadas. Se prevé una inversión inicial focalizada en infraestructura (senderos, señalización, servicios básicos) y marketing digital internacional para posicionar Mendoza como destino emergente.
Para el viajero, esto significa un paso más allá del vino y la montaña: descubrir rincones vírgenes, experiencias menos transitadas, autenticidad rural. Hoteles boutique, alojamientos sustentables y guías locales serán protagonistas.
Los prestadores turísticos están expectantes. Algunos ya preparan nuevos paquetes, mejoras estructurales y alianzas con emprendedores locales. El desafío: coordinar logística, transporte interno y accesibilidad.
El plan tenía fecha de inicio inmediata. Se lanzará con una campaña de difusión que promete sorprender con adelantos visuales, rutas secretas y propuestas temáticas según temporada. La expectativa crece entre operadores y viajeros recurrentes.
Si todo marcha bien, Mendoza podría emerger como ejemplo de turismo inteligente en Argentina, combinando desarrollo socioeconómico con cuidado ambiental y experiencias únicas. Pero el éxito dependerá de la ejecución, continuidad política y coherencia entre los discursos y la realidad en terreno.