El peronismo vuelve a tomar fuerza y se prepara para noviembre, luego de las elecciones de este domingo 22 de octubre,
Quienes todos creían que estaba muerto, estaban escondiendo un as bajo la manga. Manejaban datos que no mostraban, porque ni ellos confiaban, tenían bajas expectativas y el ambiente parecía caliente. Sin embargo, renació un muerto, renació un partido histórico en la Argentina.
Quien iba a pensar que, tras 4 años de una pésima gestión por parte de Alberto Fernández, el ex Frente de Todos, ahora Unión por la Patria, iba a ganar las elecciones presidenciales 2023.
Un gobierno que tuvo 3 ministros de Economía a lo lapso de cuatro años. Un gobierno que llevó el dólar a lo más alto y el peso a lo más bajo. Un gobierno que hizo estallar la inflación, ubicándola en un 138,8%. No hay duda de una cosa, gran parte de la ciudadanía todavía sigue sorprendida por lo sucedido.
Este domingo, comenzó una nueva era peronista, de la mano de quien menos se lo habría de esperar, como lo es Sergio Massa. El ministro de Economía afirmaba hace algún tiempo que “Iba a barrer a los ñoquis de La Cámpora”. Si, los mismo que hoy lo militan y votan. Ahora transitarán un camino de rearmarse y reorganizarse de cara al balotaje de noviembre, donde Massa y Milei tendrán el desafío de captar los votos de Patricia Bullrich y de Juan Schiaretti.
Sin duda, entre las tantas sorpresas que hubo fue el tercer lugar para Juntos por el Cambio, quien ya había dado por muerto a UxP luego del desastroso gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, lo que antes era una Argentina y elección bipartidista, donde se definía entre una y otro de las fuerzas principales, la sociedad barajó las cartas y desconfiguró el monótono juego que se venía dando en el país.
Sergio Massa obtuvo el 36,68% de las preferencias, con 9.645.983 de las preferencias. Lo siguió Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, con un 29,98% lo que le atribuye 7.884.336 de los votos. Por último, aparece Patricia Bullrich, con un 23,83%, lo que son alrededor de 6.267.152 votos.
Algo visible y que no se puede pasar por encima, es el techo que el candidato liberal, Javier Milei consiguió. Basta con ver los resultados de las PASO, donde el diputado nacional consiguió un 29,86% de las preferencias, tan solo algunas centésimas debajo de lo conseguido en las Primarias.
Las incógnitas son más que las respuestas. Sin embargo, hay una certeza, el manejo de campaña que tuvo Sergio Massa fue de lo más profesional y eso permitió darle mayor fuerza a la imagen del candidato. Entendió por donde tenía que agarrar al electorado, por las emociones, la sensibilidad, la empatía y las propuestas. Basta con ver los debates que se llevaron a cabo, en el marco de la Ley que establece el debate de candidatos obligatorios.
En el mismo, Massa entendió que meterse en el juego de las chicanas y las culpas. Donde entre unos y otros se tiraban la papa caliente, entendió que dar propuestas para que no se quemen más era el camino para captar a los votantes que, después de las PASO, tenían mayor incertidumbre sobre lo que iba a pasar.
Ahora quedará ver que sucede de cara al balotaje del 19 de noviembre, donde finalmente se definirá quien será el que el 10 de diciembre se sentará en el sillón de Rivadavia. Sin duda, quien lo haga, la ciudadanía necesita que sea con seriedad, propuestas y soluciones a los problemas que nos han sumergido en esta agravante crisis.