En su primer discurso como presidente, Javier Milei hizo hincapié en la necesidad inminente de un ajuste y un shock económico, estableciendo el tono para su mandato al frente de la Casa Rosada.
En un evento no convencional, optó por hablar en las escalinatas del Congreso Nacional, obviando la Asamblea Legislativa, generando controversia en la oposición.
«Comienza una nueva era de paz y prosperidad, pero no hay alternativa posible al ajuste y al shock», expresó Milei ante una multitud que colmaba la plaza. Acompañado por su hermana Karina Milei, destacó que su administración hereda una situación económica desafiante, con una herencia que catalogó como la peor recibida por un gobierno.
El presidente anunció un ajuste fiscal significativo, indicando un recorte de 5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) dirigido al sector público. Advirtió sobre la estanflación y un inevitable crecimiento de la pobreza en los próximos meses, mientras enfatizaba la necesidad de decisiones difíciles para iniciar la reconstrucción del país.
Milei señaló la importancia de la resiliencia del pueblo argentino frente a los desafíos. En un tono firme, expresó que los beneficiarios de planes sociales que realicen cortes de calles no recibirán asistencia del Estado, enfatizando su compromiso con un país que brinda ayuda pero no cede ante la extorsión.
El mandatario advirtió que aquellos que busquen obstruir el cambio se enfrentarán a un presidente decidido, dejando claro que su proyecto no persigue intereses de poder, sino el bienestar del país. Con un llamado a la unidad y un deseo por la libertad, concluyó su discurso: «Que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío. Será difícil, pero lo vamos a lograr. ¡Viva la libertad, carajo!»
El discurso de Milei, lleno de advertencias y promesas de cambios radicales, marcó un inicio impactante para su mandato, proyectando una imagen de determinación y compromiso con la transformación económica y social de Argentina.
