Denzel Washington Regresa como Robert McCall en ‘The Equalizer 3’: Una Profunda Exploración del Conflicto Interno del Protagonista
Las trilogías cinematográficas a menudo despiertan discusiones sobre su calidad y capacidad para cerrar de manera sólida. Grandes cineastas como Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Robert Zemeckis o Sam Raimi han sido objeto de críticas por sus intentos de cerrar trilogías de manera satisfactoria. Sin embargo, Antoine Fuqua, conocido por su habilidad en la dirección, no dudó en asumir el desafío de dar cierre a la saga ‘The Equalizer’, que comenzó en 2014 con Denzel Washington en el papel principal y continuó tres años después con una secuela que elevó las expectativas gracias a su impactante tercer acto.
A pesar de las dificultades que enfrentaba, Fuqua ha logrado crear ‘The Equalizer 3’, una película que se aleja ligeramente de sus predecesoras al centrarse más en el desarrollo emocional y el conflicto interno de su protagonista. Este sutil cambio ha permitido que la película se destaque como uno de los mejores thrillers de 2023.
Uno de los aspectos más notables de esta «tricuela» es su cambio de escenario, trasladando la acción desde Estados Unidos a la costa sur de Italia. Este cambio refresca la historia y muestra la intención moderadamente innovadora de la película. Sin embargo, el verdadero giro radica en su narrativa y la forma en que la historia se desarrolla a un ritmo más pausado de lo habitual.
La película comienza con una secuencia de introducción impactante que establece el tono salvaje y explícito de la saga. Sin embargo, Fuqua y el guionista Richard Wenk optan por tomarse su tiempo para desarrollar la relación de Robert McCall con su nuevo entorno y la comunidad local. Durante una hora, la acción pasa a un segundo plano mientras Denzel Washington demuestra su talento al construir empatía tanto hacia su personaje como hacia los residentes del pueblo asediado por la mafia.
Lo que hace que las escenas de acción sean impactantes es su dosificación. La película no se enfoca en la cantidad de muertes o en la brutalidad de las escenas, sino en el peso emocional de cada una. ‘The Equalizer 3’ equilibra de manera magistral la carga dramática con el espectáculo, logrando un impacto visceral tanto física como emocionalmente.
En última instancia, sería injusto comparar ‘The Equalizer 3’ con sus predecesoras en términos de calidad. La película es una apuesta complementaria y satisfactoria que comparte la esencia de la serie. A pesar de las notables diferencias, todas las entregas tienen en común una cosa: dejan al público con un deseo insaciable de más cuando las luces se apagan y los créditos comienzan a rodar.»