Tras más de dos meses de campaña electoral, Javier Milei cerró ayer su campaña presidencial en un multitudinario acto en el Movistar Arena, en donde remarcó que los comicios del próximo domingo serán los más importantes de la historia argentina, dado que podría «ganar en primera vuelta» y comenzar un gobierno con profundas reformas estructurales.
El candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei volvió a repetir el lugar del cierre previo a las PASO de agosto, aunque esta vez bajo la posibilidad de que en unos días pueda concretarse su elección como próximo jefe de Estado.
En el escenario estuvieron su compañera de fórmula Victoria Villarruel, el candidato a jefe de Gobierno, Ramiro Marra; la candidata a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo; el postulante a intendente de La Matanza, El Dipy; y los candidatos a diputados César Treffinger (Chubut), Celeste Ponce (Córdoba), Romina Diez (Santa Fe), Diana Mondino, Oscar Zago y Sandra Pettovello (CABA), Bertie Benegas Lynch, Marcela Pagano, Guillermo Montenegro, Lorena Macyszyn, Juliana Santillán y Lilia Lemoine (PBA).
“Probablemente, hayamos pasado el desierto de los 40 años para pasar a la libertad”, dice. En diciembre, Argentina habrá cumplido cuatro décadas de democracia tras una de las dictaduras más sangrientas de América Latina.
Milei sabe que es la nueva estrella de la política argentina. Hace dos años se convertía en diputado por un partido de su invención, La Libertad Avanza (LLA). Y hace solo cuatro era un economista que los programas de televisión consideraban un tipo gracioso que hacía subir la audiencia.
La campaña electoral argentina entra en la recta final y Milei se siente ganador. Ha logrado convencer a millones de argentinos de que la salida contra la inflación que devasta sus salarios es la dolarización. Y que para terminar con la pobreza bastará con cerrar ministerios clave como el de Educación y Salud, despedir a cientos de miles de empleados públicos y terminar con las ayudas sociales. En el mitin de este miércoles se mezclaban muchos de los beneficiarios de esas ayudas, que parecían muy satisfechos con la propuesta. Cuando el candidato prometía dolarizar la economía y cerrar el Banco Central, contestaban al grito de “libertad, libertad”.