Camion sodero evoca imágenes nostálgicas del reparto de sifones y bidones, una tradición que resiste pese a las botellas plásticas y el delivery moderno. En esta nota exploramos su origen, su presente en barrios argentinos y por qué ese oficio sigue formando parte viva del paisaje urbano.
Origen y evolución del Camión sodero
1. Orígenes del oficio
La figura del sodero se consolida en Argentina en la década del 1930, cuando comenzaron a venderse sifones casa por casa. El primer modelo de fábrica se remontaría a 1860, con la de Domingo Marticorena, y el reparto a caballo surgió en los años posteriores.
2. Del caballo al camión
Hasta los años 70 se usaban jardineras y carretas tiradas por caballos. Luego surgieron camionetas y camiones específicos para el reparto, como el histórico Grosspal “sodero”. Hoy se ven modelos viejos, conservo-estilo, que atraviesan barrios sosteniendo la esencia del oficio .
Funciones y estructura del camión sodero
1. Transporte y reparto
Los camiones diseñados para soderos transportan tanto sifones retornables como bidones de agua —estas últimas se incorporaron cuando el uso de sifones de vidrio empezó a declinar. Pueden recorrer hasta 12.500 casas semanalmente.
2. Diseño y adaptaciones
Muchos son camiones de carga liviana adaptados con sistema de estantes laterales y ventilación, incluso con puertas corredizas para facilitar el acceso rápido . Su diseño se basa en la practicidad del reparto urbano.
3. El rol del sodero
El chófer–repartidor no solo entrega bebidas, también ejerce un rol social: es amigo del barrio, conoce a sus clientes y hasta ofrece apoyo vecinal. Su jornada suele ser ardua, con camiones cargados de bidones de 12 kg y sifones, a veces soportando clima adverso.
El presente del camión sodero
1. Resistencia del oficio
A pesar del consumo de soda per cápita que bajó de 100 L en los 90 a 40 L actuales, el oficio se mantiene firme. Cerca de 4.000 soderías siguen en pie. En barrios porteños y del conurbano, el camión sodero sigue circulando a diario.
2. Modernización y nichos de mercado
Muchas soderías incorporaron pagos electrónicos, envases plásticos para agua y sifones pequeños para coctelería. Además, se exportan sistemas para recircular botellas por todo el mundo .
3. Valor cultural y emocional
El camión sodero representa una tradición argentina. Aparece incluso en obras de ficción como “El sodero de mi vida” y en nuevos bares que promueven un ambiente vintage.
Ventajas del reparto en camión frente al delivery moderno
- Conexión humana: el repartidor es una cara conocida, un punto de contacto cercano.
- Calidad del producto: el agua gasificada conserva temperatura y efervescencia.
- Servicio personalizado: entrega programada, conocimiento de horarios y preferencias.
- Sostenibilidad: uso de envases retornables y reducción de plásticos descartables.
¿Qué desafíos enfrenta el camión sodero?
- Competencia con supermercados: venden botellas listas para llevar.
- Costo operativo: mantenimiento de vehículos antiguos y licencia/seguridad vial.
- Cambio generacional: pocos jóvenes buscan continuar en el oficio.
El camion sodero no es solo un vehículo, es símbolo de tradición, cercanía y resistencia. En cada compartimento lleva más que sifones: lleva historia, barrio y una transparencia que el e-commerce no puede replicar. ¿Vos tuviste trato con tu sodero de confianza? ¿Qué recuerdos o anécdotas tenés en tu barrio? ¡Contanos en los comentarios y sumemos voces a esta tradición!