El reciente femicidio que sacudió el barrio de Godoy Cruz en Mendoza reveló un desgarrador detalle que transforma la tragedia en una dolorosa lección social. Los fiscales a cargo del caso confirmaron que el último mensaje de WhatsApp enviado por Sofía P. (34) a una amiga cercana, horas antes de ser atacada, no era una despedida, sino una confirmación de la Tristeza y el aislamiento que padecía.
La víctima, Sofía, había iniciado los trámites de separación y se encontraba en la etapa de mayor riesgo, una constante en los casos de violencia de género. El mensaje, breve pero cargado de Tristeza, decía: «Mañana tengo que hacer la denuncia, pero me siento sola, como si a nadie le importara lo que me pase». Esta frase, recuperada del expediente, no solo estremece a Mendoza, sino que subraya la aterradora invisibilidad que a menudo rodea a las víctimas de violencia.
La historia desconocida de Sofía es la de muchas mujeres: una profesional activa, madre de dos hijos, que intentaba reconstruir su vida lejos de un círculo de abuso. Sin embargo, su último mensaje de WhatsApp es un recordatorio de que la violencia no se detiene en las amenazas físicas; se alimenta del silencio y la sensación de abandono.
Fuentes del Ministerio Público Fiscal indicaron que, si bien Sofía no había activado una alerta temprana formal ante la Línea 144, sí había verbalizado su miedo a varias personas. Su mensaje final no era solo una confidencia, sino una desesperada señal de que el sistema de apoyo, tanto familiar como institucional, no estaba llegando a tiempo.
El agresor, detenido a las pocas horas, ya había sido denunciado por Sofía hacía dos años por incidentes menores, pero las medidas perimetrales no fueron suficientes, un patrón recurrente en los casos de femicidio. Este suceso obliga a la provincia a revisar y reforzar urgentemente los protocolos de seguimiento a víctimas en riesgo inminente.
La Tristeza que envuelve a la comunidad no debe paralizar, sino impulsar una acción más firme. El doloroso mensaje de Sofía es un llamado póstumo. Es necesario que el entorno social, vecinos, compañeros de trabajo y amigos, entiendan la magnitud del riesgo y actúen como una red de contención efectiva, acompañando cada paso de la denuncia. Box Diario se une al pedido de justicia y a la urgente necesidad de generar entornos donde el miedo de una mujer no se convierta en una verdad fatal. La memoria de Sofía exige que ese último mensaje no haya sido en vano.
