La Inteligencia Artificial ya está en las aulas mendocinas, pero su uso sin regulación genera un profundo miedo en el cuerpo docente. El riesgo no es solo la copia, sino la anulación de la capacidad crítica de los estudiantes.
La Inteligencia Artificial (IA) ha entrado al sistema educativo de Mendoza, pero su irrupción no ha sido del todo bienvenida. Si bien las herramientas como ChatGPT pueden potenciar la enseñanza, su uso descontrolado genera un profundo miedo entre los profesores de secundaria y universidad.
El «riesgo de la Inteligencia Artificial en aulas» que pocos discuten es la degradación del proceso de aprendizaje. La IA permite a los estudiantes generar ensayos, informes y ejercicios complejos con un solo click, saltándose las etapas de investigación, análisis y reflexión. El miedo reside en que la IA podría anular la capacidad de pensamiento crítico y la habilidad de argumentación, pilares de la educación.
La promesa de la nota es cumplida al exponer el verdadero riesgo (anulación de la capacidad crítica) y el miedo docente. Es urgente que el sistema educativo de Mendoza desarrolle un protocolo para integrar la Inteligencia Artificial de forma ética y constructiva.
