La tranquilidad del departamento de Las Heras se vio brutalmente interrumpida por un suceso que ha encendido las alarmas sobre la tenencia responsable de mascotas y la seguridad en la vía pública. Un trabajador de un galpón fue víctima de un brutal ataque de perros, sufriendo heridas de gravedad que lo mantienen internado en el hospital. El episodio, que se desarrolló con total desesperación en plena luz del día, expone un problema que los vecinos venían denunciando hace tiempo.
La víctima, cuya identidad fue resguardada por motivos de privacidad, se encontraba realizando tareas en las cercanías del galpón cuando dos perros, presuntamente de raza peligrosa, escaparon del predio y se abalanzaron sobre él sin darle oportunidad de defensa. El ataque de perros fue prolongado y violento, causando lesiones severas que requirieron una intervención quirúrgica inmediata. Los gritos del hombre y la acción de los vecinos lograron, finalmente, dispersar a los animales y llamar a la ambulancia, pero el trauma y el pronóstico de la víctima son reservados.
La desesperación del barrio se debe a que este incidente no es aislado. Hace meses que circulan denuncias sobre la falta de seguridad en el perímetro del galpón, lo que permitía a los animales salir a la calle, creando una sensación de miedo generalizada. La inacción o la tardanza en la respuesta de las autoridades ante las advertencias previas es el núcleo de la indignación vecinal. Los habitantes de Las Heras ahora exigen medidas drásticas, que van desde la multa a los dueños hasta la revisión de las ordenanzas municipales sobre la tenencia de animales potencialmente peligrosos.
Este tipo de sucesos, que combinan la tragedia personal con la irresponsabilidad social, tienen consecuencias legales y comunitarias. Las autoridades judiciales ya han iniciado una investigación para determinar la responsabilidad penal de los dueños de los animales, que podrían enfrentar cargos por lesiones graves. Sin embargo, para los vecinos, la solución es estructural: se requiere una política de control más estricta, que no espere a que una persona esté al borde de la muerte para actuar. La presencia de estos animales sueltos y agresivos en zonas transitadas de Las Heras ha sembrado un miedo latente, transformando un simple paseo en una potencial situación de riesgo. La comunidad exige garantías de que este brutal ataque de perros sea el último.
