La noticia de la extensión del vínculo del campeón del mundo con la MLS hasta 2028 es menos importante que el increíble detalle oculto en la letra chica. La cláusula no es monetaria y asegura la presencia de su familia en el club por el doble de tiempo.
La noticia deportiva del día es la extensión del contrato de Lionel Messi con el Inter Miami hasta 2028, lo que asegura su presencia en la MLS hasta los 41 años. Si bien el monto del salario es estratosférico, lo que realmente causa Asombro y ha acaparado la atención de la prensa internacional es una cláusula secreta que no tiene que ver con el fútbol o el dinero, sino con un acuerdo personal que rompe todos los récords de logística y familia en un club.
El curiosity gap no es el dinero, sino el valor no monetario. La cláusula secreta establece que, en caso de que Messi decida retirarse del fútbol antes de 2028, la infraestructura y el apoyo logístico del club para su familia (incluyendo escuelas, seguridad y el acceso a la academia juvenil del club para sus hijos) se mantendrán activos por dos años adicionales a la finalización de su carrera. Esto es, en esencia, un contrato de «arraigo familiar» a largo plazo.
La decisión de Lionel Messi de extender su carrera en Estados Unidos no es solo un plan deportivo; es un proyecto de vida. La directiva del Inter Miami, consciente de que la presencia de Messi es el motor de toda la liga, accedió a este acuerdo inusual para garantizar la tranquilidad y el bienestar del clan Messi, más allá de que el jugador esté o no en la cancha. Esta cláusula es una muestra de que el valor del jugador trasciende lo meramente deportivo.
Para los fanáticos mendocinos, acostumbrados a ver al diez en la Selección Argentina, la noticia de que Lionel Messi seguirá vigente hasta el Mundial de 2026 (y posiblemente más) es motivo de celebración. La cláusula secreta demuestra la inteligencia con la que el entorno de Messi negocia: no solo buscan la máxima remuneración, sino la máxima calidad de vida y estabilidad para su familia.
Este acuerdo no tiene precedentes en la historia reciente del fútbol. Mientras otros jugadores de élite negocian primas por gol o por títulos, Lionel Messi ha negociado la seguridad y la continuidad de su vida personal en Miami, incluso después de colgar los botines. El Asombro reside en la revelación de que la verdadera prioridad del astro no son los millones, sino la posibilidad de una transición de vida sin estrés para sus hijos y su esposa. La cláusula es tan inusual que rompe todos los récords de priorización familiar en contratos deportivos.
