Julio comienza con un nuevo golpe al bolsillo de los mendocinos. A partir de esta semana, se registran aumentos en combustibles, tarifas de servicios públicos y medicina prepaga, en un contexto de alta inflación que sigue afectando al consumo y a los ingresos familiares.
En el caso de los combustibles, las principales petroleras del país aplicaron una suba promedio del 4%, aunque en algunas estaciones el incremento fue mayor. En Mendoza, el litro de nafta súper ronda ya los $1.120, mientras que la premium supera los $1.340. Las empresas justifican la suba por el aumento del precio del barril internacional y la actualización impositiva.
Por otro lado, las tarifas eléctricas y de gas también se ven ajustadas. El gobierno nacional autorizó una suba escalonada en ambos servicios, que se traduce en un incremento del 11% para los usuarios de ingresos medios y altos, mientras que los sectores de bajos recursos (segmento N2) mantienen los subsidios.
Además, las empresas de medicina prepaga ya informaron que, en promedio, sus planes se encarecerán un 6% este mes, como parte del esquema de actualización mensual autorizado por la Superintendencia de Servicios de Salud. Esto preocupa especialmente a familias que deben afrontar este gasto sin cobertura estatal.
Estos aumentos coinciden con el receso invernal, un período donde los consumos aumentan naturalmente por el frío, generando mayor presión sobre los hogares.
Los gremios advierten que los salarios corren por detrás de la inflación, mientras que las pymes locales denuncian un efecto directo en los costos operativos. Comerciantes y consumidores manifiestan su preocupación por la caída en el poder adquisitivo.
En resumen, julio llega con nuevas subas que golpean el consumo y complican aún más la economía diaria de los mendocinos. Las expectativas para el segundo semestre se centran en la posibilidad de frenar la escalada inflacionaria y sostener la actividad económica regional.
