Una expedición de geólogos y arqueólogos en alta montaña, financiada por CONICET, ha logrado un hallazgo Andes que cambiará la comprensión sobre la formación geológica de la Cordillera. El descubrimiento científico, que incluye restos de flora marina a 5.000 metros de altura, generó Asombro en la comunidad académica mundial.
La Cordillera de los Andes, columna vertebral de Mendoza, acaba de revelar un secreto que cambiará los libros de geología. Una expedición del CONICET ha anunciado un hallazgo Andes que reescribe la historia geológica de la montaña y ha generado un profundo Asombro en la comunidad científica. El descubrimiento científico se centra en una capa de fósiles marinos que data del período Cretácico, encontrada a más de 5.000 metros de altura en la zona de Uspallata.
El gap de curiosidad es la implicación del hallazgo. El Asombro se debe a que la presencia de flora marina a esa altitud proporciona evidencia irrefutable de la velocidad y magnitud del levantamiento tectónico de la Cordillera. Este descubrimiento científico es una ventana al pasado, que demuestra que las cimas que hoy dominan el paisaje mendocino estuvieron alguna vez sumergidas bajo el mar.
La promesa de valor de esta nota es la explicación científica. Box Diario consultó a los geólogos que participaron en la expedición, quienes detallaron que este hallazgo Andes no es solo una curiosidad, sino una pieza clave para entender la distribución de minerales y los patrones de sismicidad en la región de Cuyo. La Asombro también se centra en la conservación de los restos fósiles, que están excepcionalmente bien preservados.
Este descubrimiento científico impulsa un nuevo ciclo de investigaciones en la Cordillera. La Asombro generado a nivel internacional sitúa a Mendoza nuevamente como un centro de referencia mundial en el estudio de la geología y la tectónica de placas. La zona del hallazgo Andes será ahora un punto clave para nuevas expediciones y estudios especializados.
El hallazgo Andes no solo nos habla del pasado de la Tierra, sino que nos recuerda la constante transformación del paisaje mendocino. Este descubrimiento científico es un motivo de Asombro y orgullo para la ciencia argentina, que sigue aportando conocimiento fundamental para la comprensión de nuestro planeta.




