La escena gastronómica de Mendoza ha sido sacudida por la apertura de un nuevo restaurante mendocino en Luján de Cuyo, que en pocas semanas se ha convertido en el destino obligado de foodies y turistas. Lo que genera un incontrolable Deseo de visitarlo es la promesa de una experiencia culinaria única, respaldada por un chef que, hasta ahora, se mantuvo en el anonimato.
El gap de curiosidad es el secreto único del chef. El restaurante mendocino no tiene un menú fijo. Su secreto radica en que el chef, de quien solo se sabe que trabajó en cocinas con estrellas Michelin en Europa, utiliza un método de cocina zero-waste con ingredientes que cultiva él mismo en una huerta orgánica subterránea en la propiedad. Esta práctica de máximo respeto al producto y sostenibilidad genera un gran Deseo de ver y probar lo que sale de esta cocina.
La promesa de valor de esta nota es la descripción del concepto. Box Diario revela que el restaurante mendocino se llama «La Cueva del Terruño» y que su carta se basa en un menú degustación de cinco pasos que cambia a diario según lo que ofrece la tierra. Esto genera un Deseo constante en los comensales por volver, ya que cada visita es diferente.
La estética del lugar acompaña el concepto: el restaurante está construido con materiales reciclados y su diseño minimalista resalta la belleza natural del paisaje vitivinícola que lo rodea. El Deseo de conocerlo se multiplica con la lista de espera, que ya supera las tres semanas, a pesar de que los precios están en el segmento de alta gama.
El éxito de este nuevo restaurante mendocino demuestra que el comensal busca experiencias auténticas y con propósito. El secreto único de su chef, basado en la sostenibilidad y el respeto por el producto local, es la fórmula perfecta para generar un gran Deseo en la creciente audiencia gastronómica de Mendoza.
