El mundo de la Fórmula 1 ha estallado en un asombro sin precedentes. La escudería Ferrari anunció oficialmente la incorporación de Lewis Hamilton a sus filas, pero con una salvedad que es el verdadero «bombazo»: el piloto británico se unirá al equipo rojo para la temporada 2025, un año antes de lo que se había anunciado inicialmente. Esta sorpresiva decisión ha reconfigurado por completo el mercado de pilotos y las expectativas para el campeonato.
La sorpresa es mayúscula, ya que se esperaba que Lewis Hamilton cumpliera su contrato con Mercedes hasta finales de 2025. Sin embargo, fuentes internas revelaron que Ferrari, ante la urgencia de reestructurar su equipo y aprovechar la nueva normativa técnica que rige desde el próximo año, pagó una suma millonaria para activar una cláusula de liberación anticipada. La falta de resistencia por parte de Mercedes, que ya está enfocada en el desarrollo de sus pilotos jóvenes, es lo que causa mayor asombro.
El impacto de este cambio es enorme. La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari en 2025 no solo lo coloca al mando de un equipo en crisis de resultados, sino que también genera una gran incertidumbre en la alineación de pilotos de ambas escuderías. La expectativa por ver al piloto más ganador de la historia al volante de la mítica máquina roja, y en un año crucial de transición, ha disparado el interés global por la F1.
Para el piloto, este movimiento representa un «último baile» para buscar el octavo título mundial con la única escudería que le faltaba conquistar. El asombro se mezcla con la inspiración al ver a un campeón arriesgar su legado para enfrentar el desafío más grande de su carrera.
La sorpresiva decisión de Ferrari con Lewis Hamilton es un golpe de efecto que garantiza que la temporada 2025 de la F1 será una de las más seguidas de la historia. La afición mendocina, gran seguidora del automovilismo, ya cuenta los días para ver si la magia del británico puede devolver a Ferrari a la cima del podio, un hecho que generaría un asombro histórico.




