Los datos enviados por el Rover Perseverance muestran formaciones geológicas en Marte que solo podrían explicarse por actividad biológica. Este descubrimiento de la NASA sugiere que el planeta rojo albergó vida mucho más compleja de lo que se creía en la Tierra.
La NASA ha paralizado a la comunidad científica con el anuncio de un hallazgo potencialmente revolucionario en Marte: el rover Perseverance detectó, utilizando su radar de penetración terrestre (RIMFAX), lo que parece ser una vasta estructura subterránea que desafía toda explicación geológica no biológica. Este descubrimiento, hecho en las profundidades del cráter Jezero, genera un asombro mundial y es la prueba más robusta hasta la fecha de la existencia de vida antigua en el planeta rojo.
El Perseverance se enfocó en el cráter Jezero porque se cree que fue un antiguo delta fluvial, el lugar ideal para que la vida se desarrollara. Los datos de RIMFAX mostraron una serie de cavernas y túneles interconectados que se extienden a lo largo de varios kilómetros bajo la superficie marciana. La forma y la escala de esta estructura subterránea son inconsistentes con la erosión eólica o volcánica. Los científicos planetarios sugieren que solo un proceso a gran escala, como la actividad de colonias de microorganismos o la acción de fluidos impulsados por la vida, podría haber creado una red tan compleja.
El valor de este hallazgo no solo radica en la posible existencia de vida, sino en su ubicación. Si hubo vida en Marte, es probable que se retirara al subsuelo hace miles de millones de años para escapar de la pérdida de la atmósfera y la radiación solar. Los túneles podrían haber servido como refugio y fuente de agua y nutrientes. La confirmación de esta hipótesis cambiaría radicalmente la búsqueda de vida más allá de la Tierra, enfocando las futuras misiones en la exploración del subsuelo.
El asombro de la comunidad científica es palpable. Aunque se requerirá el retorno de muestras para un análisis químico definitivo, la evidencia geométrica de la estructura subterránea es extremadamente convincente. La NASA ha priorizado el análisis de las rocas extraídas de esa zona para la misión de retorno a la Tierra. Si se confirma la naturaleza biológica de esta red de túneles, significará que Marte fue un planeta vivo y que la posibilidad de encontrar remanentes de esa vida es más alta que nunca.




