La finalización de la Doble Vía San Juan, obra vital para la conexión de Cuyo, ha sufrido un nuevo retraso insólito, a pesar de que el financiamiento y la maquinaria están disponibles, lo que genera una gran Frustración en los viajeros. El motivo del freno es un conflicto administrativo que nadie logra destrabar.
La Doble Vía San Juan es un proyecto largamente anhelado que promete reducir drásticamente los accidentes y optimizar el transporte de carga entre Mendoza y el norte argentino. Sin embargo, un nuevo retraso insólito ha paralizado la obra en su tramo final, desatando una profunda Frustración en el sector logístico y los usuarios.
El gap de curiosidad es el motivo burocrático. La Frustración se debe a que el retraso insólito no responde a problemas financieros o climáticos, sino a un intrincado conflicto de jurisdicciones. La obra está parada porque un pequeño sector del trazado final atraviesa un área considerada de «protección ambiental estricta» por un viejo decreto provincial, cuya revocación está estancada en la Legislatura.
La promesa de valor de esta nota es el costo del retraso. Box Diario contactó a la Cámara de Transportistas de Cuyo, quienes cuantificaron la Frustración en millones de pesos. Cada día de retraso en la Doble Vía San Juan se traduce en mayor gasto de combustible, horas hombre y, lo más importante, mayor riesgo de siniestros viales en la ruta vieja.
El retraso insólito de la Doble Vía San Juan es un ejemplo de cómo la burocracia puede sabotear el progreso de una provincia. La Frustración es generalizada porque la solución está en un simple trámite administrativo que ningún político se atreve a firmar, temiendo el costo ambiental o político.
La Frustración que genera la Doble Vía San Juan debe ser un llamado de atención. Es inaceptable que una obra de infraestructura tan vital esté paralizada por un retraso insólito de índole burocrática. Mendoza y San Juan merecen una conexión segura y eficiente.
