Elecciones Mendoza. El escrutinio final de ayer confirmó que Mendoza no solo acompañó al oficialismo nacional, sino que le otorgó el triunfo más holgado de todas las provincias, con más de 53% de los votos. Este resultado marca un nuevo récord en el bastión cuyano y profundiza la crisis de la oposición, que no logró romper el techo del 25%.
Mendoza se ratificó como el bastión de la libertad en Argentina. El triunfo mendocino de la alianza oficialista (LLA + Cambia Mendoza) en las elecciones legislativas de ayer fue rotundo, superando el 53% de los votos y consolidándose como la provincia con el mayor margen de diferencia a favor del presidente Javier Milei en todo el país. Este resultado no solo llena de orgullo a la cúpula local, sino que también representa una humillante derrota para el peronismo y la izquierda en Cuyo.
La clave de este triunfo fue la sinergia entre la gestión local y el apoyo a las políticas nacionales. Mientras que en la provincia de Buenos Aires la diferencia fue ajustadísima, el efecto Cornejo-Petri logró traccionar de manera masiva el voto en el Cuarto Distrito Electoral. La figura de Luis Petri, cabeza de la lista, funcionó como un nexo de lealtad absoluta al proyecto nacional, logrando captar tanto al voto duro del oficialismo como a los independientes que buscaban un mensaje de orden y continuidad.
El Mapa de la Derrota Opositora
El peronismo, liderado por la lista de Emir Félix, quedó lejos de ser una amenaza real, apenas rozando el 25% de los sufragios, y sin poder retener distritos clave del Gran Mendoza, donde habitualmente lograba competitividad. Este resultado subraya una crisis de representación en el principal partido opositor, que no logra conectar con la clase media mendocina, históricamente crítica de los modelos económicos populistas.
«Mendoza es la cuna de la libertad y hoy abrazó esas ideas con la mayor contundencia,» celebró Luis Petri desde el búnker.
La composición de la nueva Legislatura provincial también refleja el triunfo mendocino. El oficialismo amplía su mayoría en ambas Cámaras, dándole al gobernador Alfredo Cornejo la tranquilidad necesaria para avanzar con su agenda de reformas de segunda generación. El mensaje de las urnas es claro: los mendocinos eligieron la continuidad, el orden fiscal y una fuerte identificación con el rumbo nacional, convirtiendo a la provincia en un modelo de respaldo electoral a nivel federal.
