La semifinal de la Copa Argentina entre Independiente Rivadavia y River Plate no es solo un partido de fútbol, es el evento deportivo de mayor expectativa para Mendoza en este semestre. Y la Lepra no va a la batalla como víctima. El cuerpo técnico ha estado trabajando en la sombra, y Box Diario revela que existe un «plan secreto» diseñado para capitalizar las debilidades del Millonario y asegurar el histórico pase a la final.
El eje central de este plan gira en torno a dos factores decisivos. Primero, el regreso del paraguayo Álex Arce, el goleador que se ha convertido en el arma más letal de Independiente Rivadavia. Su presencia no es solo ofensiva; el DT lo usará como un pivote fundamental para liberar a los mediocampistas en las transiciones rápidas. La expectativa se centra en su estado físico y su capacidad de ser incisivo en los pocos metros cuadrados que River suele conceder en el área.
Segundo, la modificación del esquema táctico. El DT ha ensayado durante la semana una línea de tres defensores que se transforma en cinco al momento de defender. Esta movida maestra busca saturar el mediocampo y neutralizar la habitual superioridad numérica que River impone en esa zona con su juego de posición. El «secreto» no es defenderse a ultranza, sino usar la sorpresa para transicionar con velocidad, aprovechando la espalda de los laterales de River.
La Independiente Rivadavia sabe que el Millonario es superior en el mano a mano individual, por lo que la clave es la disciplina colectiva y la carga emocional. El DT busca inyectar en sus jugadores la convicción de que este partido es su gran oportunidad de gloria, una chance única de dejar una huella imborrable en la historia del club. La presión no la tiene la Lepra, sino River. Esta expectativa, esta confianza en el plan secreto, es lo que ilusiona a toda Mendoza. Si logran ejecutar esta estrategia con precisión, el batacazo de Independiente Rivadavia dejará a todo el fútbol argentino asombrado.
