Mendoza amaneció envuelta en un manto de profunda tristeza. Ha fallecido una de las ex soberanas más queridas y emblemáticas de la provincia, una Reina de la Vendimia que, con su carisma y calidez humana, logró trascender la corona para convertirse en un símbolo de la identidad mendocina. Su partida física ha generado una ola de nostalgia y conmoción en las redes sociales y en todos los departamentos que la vieron crecer y reinar, poniendo en relieve el triste legado de su paso por la vida.
Su historia, más allá del glamour de la Fiesta Nacional de la Vendimia, es un testimonio de compromiso. Durante su mandato, no se limitó a cumplir con la agenda protocolar, sino que utilizó su plataforma para impulsar causas sociales, especialmente aquellas vinculadas al cuidado del agua y la protección del medio ambiente, temas cruciales para la provincia cuyana. La sinopsis no exagera al señalar que su reinado fue una lección de vida. Enfrentó desafíos personales con una entereza admirable, mostrando una fortaleza que la audiencia de Mendoza adoptó como propia. Su popularidad nunca decayó, incluso años después de entregar los atributos, gracias a su cercanía con la gente y su genuino amor por la cultura del vino.
El triste legado al que hace referencia el titular es la huella imborrable de una persona que supo ser una verdadera embajadora, mostrando al país y al mundo no solo la belleza de los viñedos, sino la calidez de su gente. El recuerdo de su proclamación en el Teatro Griego Frank Romero Day, con una ovación que se prolongó por minutos, es uno de esos momentos que la provincia Mendoza nunca olvidará. Ella demostró que la Reina de la Vendimia es mucho más que un rostro bonito; es la representación de la mujer trabajadora, sensible y comprometida con su tierra.
En las últimas horas, funcionarios, exreinas y miles de mendocinos han expresado sus condolencias, destacando su sonrisa eterna y su capacidad para unir a la provincia en torno a la celebración más importante del calendario local. Su partida, aunque prematura, obliga a la reflexión sobre la importancia de la figura de la Reina y la necesidad de valorar a quienes, como ella, logran que la Vendimia sea una fiesta de todos. Hoy, la provincia le rinde homenaje a su memoria, con la nostalgia de una corona que brillará por siempre en el recuerdo colectivo.




