La confirmación de que Mariano Cúneo Libarona dejará el Ministerio de Justicia generó un sismo interno, con trascendidos que señalan que el motivo no es personal, sino una profunda disputa estratégica. La partida del ministro antes de las elecciones revela una interna feroz y una Indignación silenciosa en la cúspide del poder.
La noticia de que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona renuncia a su cargo después de las elecciones, detonó una ola de especulaciones y una profunda Indignación en los círculos cercanos a la Casa Rosada. Oficialmente, la salida se ha catalogado como una «decisión personal», pero Box Diario accedió a fuentes que revelan que el verdadero motivo es mucho más complejo y se relaciona con una disputa de poder por la dirección de la reforma judicial.
El curiosity gap es el conflicto no revelado. El plan de reforma que el ministro había estado diseñando, enfocado en la celeridad y la eficiencia de los procesos, habría chocado de frente con intereses sectoriales y, sobre todo, con la visión de la Jefatura de Gabinete sobre los tiempos políticos. La Indignación surge del hecho de que, según las fuentes, la renuncia no sería voluntaria, sino una «salida negociada» tras no obtener el apoyo necesario para implementar cambios estructurales que consideraba vitales. El mensaje es claro: la voluntad política para una reforma profunda se ha diluido.
La figura de Cúneo Libarona renuncia no solo representa la pérdida de un ministro técnico y respetado, sino un retroceso en la promesa de campaña de limpiar y agilizar la justicia. Para el ciudadano mendocino, la noticia es motivo de Indignación porque la inestabilidad en un cargo clave como Justicia se traduce en una postergación de la lucha contra la impunidad y la corrupción. La Casa Rosada, por su parte, busca minimizar el impacto, pero el hecho de que un ministro de alto perfil abandone el barco en un momento crucial genera desconfianza.
El impacto a corto plazo es la incertidumbre. La Indignación en el staff de Cúneo Libarona es notoria; consideran que la oportunidad histórica de modernizar el sistema judicial argentino se ha perdido por mezquindades políticas.
La promesa de valor de esta nota es la revelación de la verdad oculta. Mientras los comunicados oficiales hablan de motivos personales, el verdadero telón de fondo de la salida de Cúneo Libarona renuncia es la derrota de un plan ambicioso frente a la burocracia y los lobbies. Este fracaso interno provoca Indignación en un electorado que votó por el cambio y que ve cómo la inestabilidad erosiona las promesas de transformación. La justicia argentina, y con ella la de Mendoza, deberá esperar.




