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    Aconcagua: El hallazgo arqueológico inédito en la cumbre del Aconcagua que reescribe la historia de Mendoza

    Aconcagua. La expedición de la Universidad Nacional de Cuyo se topó con restos que desafían las teorías previas sobre la ocupación precolombina del Aconcagua, la montaña sagrada. Se trata de un objeto ceremonial que solo se había registrado en territorios de Perú, confirmando una ruta de intercambio cultural nunca antes documentada por completo.

    Mendoza amanece con un descubrimiento que sacude los cimientos de la arqueología andina. Lo que comenzó como una rutinaria expedición de monitoreo climático en la zona alta del Aconcagua se transformó en el hallazgo más significativo de la última década en el Parque Provincial: un nuevo y, hasta ahora, desconocido santuario de altura inca.

    El equipo, compuesto por geólogos y un antropólogo de la UNCuyo, se encontraba cerca de los 6.000 metros de altura, en la ruta de la Pared Sur, cuando detectó una anomalía cromática en una grieta de hielo recién abierta por el deshielo estacional. Entre rocas y nieve perpetua, emergió una pieza de cerámica ceremonial con un patrón de diseño que, según las primeras pericias, es idéntico al de la cultura Moche, un grupo pre-incaico cuyo dominio se concentraba en la costa norte de Perú, a miles de kilómetros.

    El Objeto que Cambia la Historia

    Este objeto no es solo un artefacto; es una prueba irrefutable de que la red de intercambio del Tawantinsuyu (Imperio Inca) era mucho más amplia y profunda de lo que se creía. Si la pieza es Moche (fechada entre 100 y 800 d.C.), su presencia en el Aconcagua sugiere que la montaña no solo era un centro ceremonial para los incas (siglo XV), sino un punto de convergencia para culturas mucho más antiguas y distantes. Esto reescribe la historia del Aconcagua como un centro ceremonial de uso milenario, no solo incaico.

    El Dr. Fernando Varela, director del proyecto, declaró que el santuario podría contener más ofrendas orgánicas, incluyendo textiles e incluso momias, perfectamente conservadas por el frío extremo. La revelación de esta pieza, posiblemente un huaco ceremonial, confirma que el Aconcagua era un apu (dios tutelar de las montañas) con una relevancia continental.

    Las autoridades del Parque han asegurado la zona, conscientes del valor incalculable del sitio. Ahora comienza la fase más delicada: la planificación de una excavación en altura. Esta tarea es monumental y peligrosa, ya que la altitud y las condiciones climáticas limitan el tiempo de trabajo. El objetivo es preservar la integridad del sitio y rescatar cualquier otro vestigio que pueda confirmar la presencia de una ruta Moche-Inca que conectaba el Pacífico con el corazón de Cuyo. Mendoza se convierte, de la noche a la mañana, en el epicentro de un nuevo capítulo en la historia precolombina de Sudamérica.

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