El Gobierno de Mendoza confirmó un nuevo incremento en la tarifa del transporte público, generando un profundo malestar entre los usuarios que dependen diariamente del colectivo. La medida, que se oficializó mediante la publicación en el Boletín Oficial, establece que a partir del 10 de noviembre el boleto de aumento Mendoza llevará el pasaje plano a $1200, duplicando su valor en un corto lapso de tiempo. Este anuncio se siente como un mazazo al bolsillo de miles de trabajadores y estudiantes mendocinos.
La decisión de la Secretaría de Servicios Públicos se basa en la necesidad de actualizar los costos operativos del sistema, argumentando el impacto de la inflación en el precio del combustible y los insumos. No obstante, el incremento, que supera el 100% en menos de un semestre, genera una preocupación mayúscula en un contexto donde los salarios no se actualizan al mismo ritmo. Para una familia tipo que utiliza dos viajes diarios por persona, el costo mensual de traslado se disparará a cifras que superan los $40.000, una carga insostenible.
El gap de curiosidad radica en la letra chica de la resolución: ¿se mantienen los abonos y los descuentos sociales? Afortunadamente, se confirma que los beneficios como el abono docente, el universitario y los pases para jubilados y personas con discapacidad se mantendrán, aliviando parcialmente la situación para estos grupos. Sin embargo, para el usuario casual y el trabajador que solo tiene el descuento por uso de Mendoza Efectivo , el impacto será directo y sin paliativos.
La suba se percibe como una falta de sensibilidad ante la coyuntura económica. Las voces de la oposición y de las asociaciones de defensa del consumidor ya se han levantado, pidiendo una revisión de la estructura de costos y subsidiando con mayor fuerza el transporte. La nota de malestar general se siente en las paradas y en las redes sociales: la gente necesita una red de transporte eficiente, pero este aumento brutal antes del cierre del año complica las finanzas de la clase media mendocina y promete encender la protesta social.




