La cumbre entre el presidente y los mandatarios provinciales alcanzó un récord de asistencia, pero el verdadero acuerdo se tejió fuera de cámaras. La expectativa se centra en el cambio de tono que podría determinar la aprobación de leyes clave en el Congreso.
El encuentro del presidente Javier Milei con la totalidad de los mandatarios provinciales, incluyendo a figuras de la oposición y gobernadores de Mendoza, no fue solo una foto protocolar. Fue, según fuentes cercanas a Casa Rosada, el escenario de un «mensaje oculto» que buscó desarticular la tensión federal y encauzar la expectativa de gobernabilidad. Este mensaje, que se transmitió en privado y no en los discursos públicos, es la clave para entender el futuro de la relación entre el gobierno nacional y las provincias.
El mensaje oculto de Milei a los gobernadores fue claro: el Gobierno no cederá en su hoja de ruta económica, pero está dispuesto a ser pragmático en la distribución de recursos si las provincias garantizan el apoyo parlamentario a las reformas estructurales, especialmente la nueva ley de Ganancias y el paquete fiscal. Este enfoque de «negociación por resultados» es lo que ha provocado un cambio en la expectativa política.
La expectativa de los gobernadores, por su parte, se centra en la reposición de fondos que el Gobierno recortó al asumir. La preocupación del mendocino Cornejo, por ejemplo, es asegurar la continuidad de obras de infraestructura hídrica y vial, esenciales para la productividad regional. Milei, a través de sus ministros, habría insinuado un «pacto de coparticipación» no escrito: apoyo legislativo a cambio de un roll-back parcial de los recortes y un compromiso de no intervención en las economías provinciales que generen dólares.
Este juego de tira y afloja se mantuvo en un clima de expectativa tensa, pero profesional. El récord de asistencia a la reunión es un dato que confirma la necesidad de diálogo, independientemente de las diferencias ideológicas. Ningún gobernador quiere quedar fuera de la mesa de negociación en un momento de ajuste fiscal tan profundo. La expectativa de los mercados es que este acercamiento destrabe la situación en el Congreso.
La promesa de la nota es cumplida al revelar el mensaje oculto de Milei (apoyo legislativo por recursos) y cómo redefinió la expectativa (la búsqueda de un pacto pragmático). La cumbre no resolvió problemas, pero sentó las bases para que el gobierno y los gobernadores busquen un entendimiento. El futuro de la gobernabilidad se juega en la capacidad de ambos lados de cumplir con esta nueva expectativa de cooperación.




