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    Desierto de Lavalle: La impactante señal en el desierto de Lavalle que predice el fin de la sequía en Mendoza

    Desierto de Lavalle. Tras años de angustiosa sequía que han golpeado con dureza la vitivinicultura y la vida en general en Mendoza, una señal de esperanza ha emergido desde el corazón de la aridez: el desierto de Lavalle. Un equipo de científicos del CONICET local ha reportado un fenómeno biológico «impactante e inédito» que, según los registros históricos, predice un quiebre en el ciclo de escasez hídrica que ha dominado la provincia.

    La señal es la floración inusual y masiva del Ephedra chilensis, una cactácea endémica conocida popularmente como «Pingo Pingo» o «Solupe». Esta planta xerófila, altamente sensible a los cambios microclimáticos, ha florecido con una exuberancia que los biólogos no documentaban desde 2005, el último año previo a un ciclo de lluvias significativo.

    El Cactus y el Código de la Lluvia

    El Ephedra funciona como un «código de la lluvia». Sus mecanismos de floración están intrínsecamente ligados no solo a la humedad superficial actual, sino a una humedad profunda y subterránea que solo se acumula después de una serie sostenida de nevadas y precipitaciones en la alta montaña. El Dr. Daniel Rossi, a cargo del estudio en Lavalle, explicó a Box Diario que la planta habría detectado una saturación de agua a nivel freático, un fenómeno que no se revierte con un solo chaparrón.

    «No es una simple floración primaveral. Es una explosión biológica que la planta solo se permite cuando hay certeza de que los recursos hídricos subterráneos están recargados para sostener su reproducción,» afirmó Rossi. «Es la señal más concreta y tangible de que el régimen de precipitaciones en Cuyo está por cambiar, y lo hará de forma sostenida en los próximos 18 a 24 meses.»

    Este hallazgo no solo tiene valor científico; su impacto socioeconómico en Mendoza es incalculable. La confirmación de una recuperación hídrica ofrece un alivio gigantesco para el sector agrícola. Los productores vitivinícolas, que han estado lidiando con restricciones de riego, pueden empezar a planificar las próximas cosechas con una perspectiva optimista.

    El CONICET está instando al Departamento General de Irrigación (DGI) a tomar esta evidencia biológica como un factor clave en la nueva planificación de turnos de riego. La esperanza, que hasta ahora era una simple necesidad, ahora tiene raíces profundas y flores brillantes en el corazón del desierto mendocino. El Pingo Pingo le ha enviado el mensaje más esperado a toda la provincia: la sequía, por fin, está a punto de convertirse en un recuerdo.

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