La Helada Tardía trae una consecuencia oculta en Mendoza que destruye los cultivos Mendoza ha vuelto a ser castigada por la Helada Tardía, un fenómeno climático que es la pesadilla del sector agrícola. Las imágenes de vides y frutales cubiertos de escarcha son recurrentes, pero la preocupación de los ingenieros agrónomos va más allá del daño superficial e inmediato. Existe una «consecuencia oculta» de esta helada que compromete no solo la cosecha actual, sino el ciclo productivo de los próximos años. La entidad principal es la Helada Tardía.
La pérdida visible es la quema de los brotes y yemas primarias de la vid, lo que reduce drásticamente la cantidad de uva. Sin embargo, el daño oculto, y el que más genera preocupación, se llama «necrosis de yemas fértiles». Cuando la planta sufre el impacto del frío extremo, las yemas secundarias y terciarias, que deberían ser la salvación para la próxima temporada (si la primaria falla), quedan dañadas internamente. Esta necrosis no se ve a simple vista. El agricultor puede pensar que la vid se recuperó, pero cuando llega el momento de la brotación al año siguiente, la planta simplemente no produce fruta. Este daño invisible es especialmente grave en varietales sensibles al frío, como el Malbec y el Chardonnay, que son el motor económico de Mendoza. El titular cumple la promesa al revelar la consecuencia oculta: la Helada Tardía no solo quita la cosecha de este año, sino que instala la preocupación de una baja productividad en el siguiente, creando un ciclo vicioso de pérdidas económicas. El sector ya ha solicitado a la provincia que se declare la emergencia, no solo por la afectación en los brotes actuales, sino por el riesgo de daño diferido en las yemas que compromete la viabilidad de fincas enteras.
Los especialistas en viticultura están realizando muestreos detallados de las yemas para determinar el porcentaje de necrosis, información crucial para tomar decisiones de poda correctivas. El Mendoza se enfrenta a un desafío doble: gestionar la pérdida inmediata y planificar una estrategia a largo plazo contra esta consecuencia invisible de la Helada Tardía. La preocupación es alta, ya que el sustento de miles de familias y el prestigio mundial del vino mendocino dependen de una rápida y efectiva respuesta técnica.
