El tribunal leyó la sentencia, y la absolución de uno de los principales acusados encendió la furia de los familiares y de la gente que seguía el caso. En una conferencia de prensa, el padre de la víctima miró a la cámara y dijo una frase que ya es viral, un grito de dolor e injusticia.
La Sala Penal de Mendoza dictó hoy el veredicto en el mediático Caso Brizuela, que mantuvo en vilo a la provincia durante el último mes. El resultado, lejos de traer paz y justicia, desató una ola de indignación y furia en la opinión pública. La absolución de Raúl Menéndez, uno de los tres imputados clave en el crimen de la joven Rocío García Brizuela, fue el detonante de la protesta inmediata que se concentró frente a los Tribunales.
La furia escaló a niveles nacionales cuando la familia de la víctima rompió el silencio frente a las cámaras. El padre de Rocío, el Sr. Juan Brizuela, visiblemente afectado pero con una voz firme y cargada de dolor, se dirigió a los periodistas en una improvisada conferencia de prensa. «La justicia hoy le dio una licencia para matar a un monstruo», declaró, pero fue su frase final la que se volvió viral en segundos, sintetizando el sentir de miles de argentinos: «Mi hija fue asesinada dos veces: una por ellos, y otra por este fallo. Me voy sin Rocío y sin fe.»
La frase, cargada de una indignación justificada, resonó en las redes sociales, convirtiendo al Caso Brizuela en tendencia inmediata. La polémica judicial se centra en la figura de la «duda razonable» que los jueces aplicaron para absolver a Menéndez. A pesar de la contundencia de las pruebas circunstanciales y los testimonios de cargo, la defensa logró sembrar la incertidumbre sobre la participación directa de este acusado en la fase final del crimen.
Expertos legales consultados por Box Diario cuestionan duramente la decisión. La Dra. Carmen López, penalista, argumenta que «la absolución por tecnicismos, cuando la prueba indirecta es abrumadora, es un mensaje terrible para la sociedad. Se prioriza el formalismo sobre el espíritu de justicia, y la familia Brizuela siente, correctamente, que el sistema falló en proteger la memoria de Rocío.»
Mientras la defensa de los otros dos condenados anunció que apelará la sentencia, la familia Brizuela ha prometido llevar el caso de Menéndez hasta la Corte Suprema, amparados por el apoyo popular. La frase del padre de Rocío se ha convertido en un estandarte contra la impunidad y un recordatorio doloroso de las grietas en el sistema judicial. Hoy, la sociedad mendocina no solo lamenta la pérdida de una vida, sino también la pérdida de la confianza en que el crimen será castigado con el rigor que merece.
