El vínculo histórico entre Mendoza y Chile siempre fue intenso, pero hoy se tiñe de tristeza. La cruda verdad es que el flujo de mendocinos a Chile ya no es estacional ni vacacional, sino una migración definitiva motivada por la profunda crisis económica argentina. Al cruzar el Paso Los Libertadores, miles dejan atrás una vida de inestabilidad y se llevan consigo una pesada carga de Nostalgia.
El gap de curiosidad es el perfil del emigrante. La Nostalgia es el sentimiento dominante, pero la cruda verdad es que los que se van son profesionales jóvenes, técnicos especializados y pequeños emprendedores que no encuentran un horizonte claro en Mendoza. Box Diario analizó los datos del Registro Nacional de las Personas, que muestran un aumento del 300% en los trámites de «baja de domicilio» con destino a Chile. La cercanía y la estabilidad económica chilena actúan como un imán.
La promesa de valor de esta nota es la voz de los protagonistas. Entrevistamos a una familia que vendió todo para instalarse en Santiago. Su testimonio refleja la cruda verdad de la emigración: «No nos vamos por gusto, sino porque queremos un futuro sin sobresaltos para nuestros hijos». La Nostalgia se siente en sus palabras, en la promesa de volver algún día y en el recuerdo del sabor del asado mendocino.
El fenómeno de mendocinos a Chile es un llamado de atención a la dirigencia política. Cada familia que se va es una pérdida de talento y de futuro para la provincia. La cruda verdad es que, mientras Chile ofrece tasas de interés estables y previsibilidad laboral, Mendoza ofrece incertidumbre, alimentando la Nostalgia y el desarraigo.
La Nostalgia por la tierra natal acompaña a cada uno de los mendocinos a Chile. La cruda verdad es que se van buscando la paz que la economía local no les da, esperando el día en que la estabilidad les permita volver sin perder lo que tanto les costó conseguir.
