Secreto del Prado. El arte, a veces, se revela en capas, literalmente. Expertos en conservación del prestigioso Museo del Prado en Madrid acaban de hacer un descubrimiento que ha sacudido a la comunidad artística internacional y que ofrece una visión inédita sobre la genialidad y los métodos de Francisco de Goya. Utilizando tecnología de espectroscopía de infrarrojos de última generación, los técnicos han hallado una pintura completamente diferente oculta bajo una de sus obras más emblemáticas. Este es el secreto del Prado que genera verdadero asombro.
El hallazgo se produjo mientras se realizaban análisis rutinarios en la obra. Bajo los pigmentos visibles, la máquina detectó la composición de un retrato anterior, una figura que Goya, por razones aún desconocidas, decidió tapar y reutilizar el lienzo. El descubrimiento no es solo una curiosidad, sino un dato crucial para los historiadores del arte. Revela, por un lado, una posible escasez de material en la época o, más probablemente, una práctica común del maestro de trabajar y retrabajar sus ideas hasta alcanzar la perfección.
Lo que causa asombro es que el retrato oculto bajo el secreto del Prado parece ser un personaje relevante de la corte, lo que abre un debate fascinante sobre la relación de Goya con sus modelos y el contexto político-social de la época. Este tipo de hallazgos son raros y siempre reescriben, aunque sea en una pequeña parte, la historia del arte. El equipo del Museo del Prado ya ha iniciado un proceso para reconstruir digitalmente la imagen oculta, lo que permitirá al público, por primera vez, ver la obra que Goya decidió ocultar.
Este suceso resalta el valor de la conservación moderna y de la tecnología aplicada al arte. Las obras maestras no solo tienen una historia visible, sino también un secreto del Prado que la ciencia está ayudando a desvelar. Para Box Diario y sus lectores mendocinos, amantes de la cultura, esta noticia es una inspiración y un recordatorio de que los grandes misterios pueden estar a simple vista, esperando la herramienta adecuada para ser descubiertos. El asombro que provoca este hallazgo es la mejor prueba de que el arte sigue vivo.
