La irrupción masiva de la Inteligencia Artificial (IA) en la vida cotidiana ha forzado a la educación mendocina a tomar una decisión drástica y de alto impacto. La Dirección General de Escuelas (DGE) de Mendoza emitió una resolución que prohíbe el uso de herramientas de IA generativa, como ChatGPT, en la realización de tareas y trabajos prácticos, desatando un intenso debate entre el cuerpo docente, padres y alumnos.
El debate por la Inteligencia Artificial se centra en una preocupación fundamental: la pérdida del pensamiento crítico y la autoría académica. La DGE argumenta que el uso indiscriminado de estos bots genera una «dependencia cognitiva» en los estudiantes, impidiendo el desarrollo de habilidades esenciales como la redacción, el análisis de fuentes y la síntesis original. La normativa es estricta: si se detecta que una tarea ha sido generada por IA, el trabajo será calificado con cero, y el alumno, pasible de una sanción disciplinaria.
La resolución no estuvo exenta de críticas. Un sector de docentes y pedagogos sostiene que, en lugar de prohibir, la DGE debería enseñar a utilizar la Inteligencia Artificial como una herramienta complementaria. «Estamos prohibiendo el futuro», argumentó el profesor de tecnología, Javier Núñez. «La IA es una realidad laboral. Deberíamos enseñar a usarla de forma ética, a verificar la información que produce y a integrarla en el proceso de investigación, no vetarla de plano.»
Sin embargo, la DGE se mantiene firme, citando casos de plagio masivo detectados en las últimas semanas, donde trabajos idénticos de diferentes alumnos eran fácilmente rastreados hasta una misma fuente de Inteligencia Artificial. El objetivo, según la entidad, es salvaguardar la calidad educativa y obligar a los estudiantes a retomar los métodos tradicionales de estudio y producción de contenido propio.
El debate por la Inteligencia Artificial en Mendoza es un reflejo de una discusión global. ¿Cómo educar en un mundo donde una máquina puede generar un ensayo perfecto en segundos? La DGE ha optado por el camino conservador, priorizando la formación de la base cognitiva sobre la adaptación tecnológica. La medida, aunque polémica, es la primera de este calibre en la región Cuyo, y establece un precedente claro para el uso de la Inteligencia Artificial en las aulas provinciales.




