Las proyecciones indican que Argentina cerrará su tercer año consecutivo con una caída del rodeo vacuno, un «dato crudo» que obliga a la preocupación. La faena desmedida y la falta de inversión ponen en riesgo el futuro de la producción de carne y las exportaciones.
Argentina es sinónimo de carne de calidad mundial, un patrimonio que genera miles de millones de dólares en exportaciones y es un pilar de la identidad nacional. Sin embargo, el sector ganadero atraviesa una crisis estructural que se refleja en una «cifra brutal» de caída del rodeo vacuno, un indicador que ha encendido las luces de preocupación en el Ministerio de Agricultura y en las provincias productoras.
La «cifra brutal» es la proyección de que el país cerrará el año 2025 con el tercer año consecutivo de reducción del stock ganadero. Esta disminución, que se estima en más de un millón de cabezas perdidas en total, es el resultado de una combinación letal: faena de hembras y falta de incentivos a la inversión. La preocupación es que la faena de hembras (futuras madres) impacta directamente en la capacidad de reposición del rodeo a mediano plazo, hipotecando la producción de los próximos años.
Esta situación desata una preocupación doble para Mendoza. Aunque no es una provincia ganadera central, sí depende de un stock nacional estable para el abastecimiento interno y el costo de la carne, un insumo básico. La escasez futura, impulsada por la caída del rodeo vacuno, presionará aún más los precios al alza, afectando el bolsillo del mendocino.
Los ganaderos explican que la principal causa es la falta de rentabilidad en el ciclo completo de cría, sumada a las sequías y la incertidumbre económica. En lugar de retener las vaquillonas para que se conviertan en futuras madres (lo que garantizaría la reposición del rodeo vacuno), los productores se ven obligados a enviarlas al matadero para obtener liquidez inmediata, un mal necesario que agrava la crisis.
La promesa de la nota es cumplida al exponer la «cifra brutal» (tercer año de caída del stock) y la preocupación que genera al hipotecar la capacidad productiva futura y presionar los precios al consumo interno. Es urgente que el Estado implemente políticas de fomento a la cría y retención de vientres para revertir esta tendencia y asegurar el futuro de la carne argentina.




