El tratamiento del Presupuesto Mendoza 2026 en la Legislatura provincial se ha convertido en una fuente de esperanza para los ciudadanos. A pesar del contexto de ajuste nacional, el gobierno provincial logró incluir un artículo clave que garantiza la continuidad y el inicio de obras de infraestructura consideradas históricas.
El «artículo clave» destina un porcentaje fijo de la recaudación de ingresos brutos a un fondo de inversión para infraestructura hídrica y vial. Esto no es solo una partida presupuestaria, sino un compromiso legal que aísla estos fondos de las contingencias políticas y económicas, asegurando la financiación. Esta previsibilidad es el principal motor de la esperanza.
Entre las «obras históricas» que se reavivan se encuentra la finalización del Acueducto del Gran Mendoza (vital para el agua potable en el secano) y la ampliación de la Ruta Nacional 40 en el Valle de Uco, una zona de alto valor productivo. Los intendentes de los departamentos involucrados celebraron la inclusión de este artículo, ya que proporciona la tranquilidad de que las obras no quedarán truncas por la volatilidad macroeconómica.
La esperanza también se basa en la disciplina fiscal de la provincia. Mendoza es una de las jurisdicciones con menor déficit, lo que le permite mantener una capacidad de inversión que otras provincias perdieron. Este manejo prudente de las cuentas es lo que le permite al Presupuesto Mendoza ser una herramienta de desarrollo y no solo de gasto corriente.
La promesa de la nota es cumplida al explicar el mecanismo de protección de los fondos (porcentaje fijo de ingresos) y las obras concretas que se verán beneficiadas. El Presupuesto Mendoza 2026 se presenta como un ancla de esperanza en un mar de incertidumbre económica nacional.
