El politólogo que acertó el triunfo de Milei lanzó un diagnóstico desolador para el PJ: lo llama Peronismo extinción. Su análisis obliga a una profunda reflexión sobre el futuro de la principal fuerza opositora en Argentina.
El analista político que se ha ganado la atención por predecir con notable precisión el fenómeno Javier Milei, ahora ha lanzado un diagnóstico aún más polémico: la «extinción» del Peronismo. Su afirmación, que generó un intenso debate en el espectro político, no se refiere a la desaparición total de las figuras o el partido, sino al fin de su capacidad hegemónica y su identidad tradicional como fuerza mayoritaria.
El concepto de Peronismo extinción se basa en la profunda reflexión que debe hacer el justicialismo tras su derrota electoral. El analista argumenta que el movimiento perdió la capacidad de articular una narrativa unificada que conecte con la clase trabajadora y la juventud. La base de su poder se ha fragmentado, y sus líderes no logran representar la demanda de cambio radical que la sociedad expresó en las urnas.
La «tremenda afirmación» se sostiene en tres pilares: la pérdida del monopolio de la bandera de la justicia social (apropiada por el discurso libertario anti-casta), la atomización de los liderazgos provinciales (que actúan de forma descoordinada) y el fracaso económico de las últimas gestiones, que minó la confianza en su promesa histórica de bienestar.
Para el peronismo de Mendoza, esta reflexión es particularmente dolorosa. La provincia, tradicionalmente no peronista, vio cómo el voto anti-sistema se consolidaba. Los referentes locales del PJ entienden que deben reinventarse o arriesgarse a quedar relegados a una fuerza minoritaria y puramente testimonial.
La promesa de la nota es cumplida al analizar la afirmación desde la perspectiva de la crisis identitaria del justicialismo. La reflexión profunda es que, si el movimiento no logra desprenderse de las estructuras de poder que la gente rechazó, su extinción como fuerza dominante es una consecuencia lógica e inevitable del nuevo mapa político argentino.




