Mientras el mundo debate sobre el futuro de la Inteligencia Artificial, en Mendoza se está aplicando de forma silenciosa y secreta una tecnología de punta para optimizar la cosecha en el Valle de Uco. El uso secreto de drones que monitorean la madurez de las uvas prediciendo el sabor final causó Asombro en enólogos de todo el mundo.
Mendoza no solo es reconocida a nivel mundial por la calidad de su Malbec, sino que también se está convirtiendo, de forma silenciosa, en un laboratorio de agrotecnología avanzada. El uso secreto de la Inteligencia Artificial en los viñedos, desarrollado por startups locales en colaboración con el Centro Científico Tecnológico de la UNCuyo, ha posicionado a la provincia a la vanguardia de la viticultura de precisión, generando un profundo Asombro en la comunidad global de agrónomos y enólogos.
El gap de curiosidad es la función exacta del algoritmo. El Asombro se debe a que este uso secreto de la Inteligencia Artificial permite algo que la experiencia humana, por más vasta que sea, no puede garantizar con tanta precisión: predecir la composición química del grano de uva y su potencial enológico con semanas de antelación, antes de la cosecha. La tecnología consiste en una flota de drones equipados con cámaras multiespectrales e hiperespectrales que sobrevuelan constantemente las parcelas del Valle de Uco. Estas cámaras capturan datos invisibles al ojo humano, como el estrés hídrico de la planta, la concentración de polifenoles y el punto óptimo de madurez. Toda esta información es procesada por un algoritmo de Inteligencia Artificial que, en cuestión de minutos, genera un «mapa de cosecha» detallado.
La promesa de valor de esta nota es el resultado tangible en el vino. Box Diario consultó a los enólogos involucrados, quienes confirmaron que este uso secreto de la tecnología no solo optimiza el uso del agua en una provincia desértica, sino que también garantiza una calidad de uva constante y predecible, lo que eleva el valor de los vinos de alta gama mendocinos. El Asombro en los principales mercados internacionales es palpable, ya que el Malbec mendocino ahora puede prometer una homogeneidad de sabor y textura que antes era imposible. Los algoritmos no solo indican cuándo cosechar, sino que también sugieren qué tipo de vino se puede obtener con esa uva, ya sea un Reserva, un Gran Reserva o un vino de corte. Este avance demuestra que la Inteligencia Artificial no solo reemplaza tareas humanas, sino que potencia las habilidades agronómicas, abriendo un futuro de Asombro para la agroindustria local.




