El entrenador de River Plate reaccionó de la manera más inesperada tras la dura caída ante su clásico rival, alimentando las teorías de una crisis profunda. La llamativa decisión de Gallardo de no hablar con la prensa desató la furia de los hinchas que exigen explicaciones.
La dura derrota de River Plate en el Superclásico no solo significó un golpe deportivo, sino que expuso una profunda crisis interna. La posterior reacción del entrenador, Marcelo Gallardo, fue lo que terminó de desatar la furia total de los hinchas y el periodismo deportivo. La llamativa decisión del Muñeco de suspender la conferencia de prensa post-partido, por segunda vez consecutiva tras una derrota significativa, ha sido interpretada como una señal de debilidad e incapacidad para gestionar el momento más delicado de su ciclo.
La furia de la afición riverplatense, que vio a su equipo superado ampliamente por Boca Juniors, se canalizó en redes sociales bajo el hashtag «#BastaDeGallardo», exigiendo al técnico que diera la cara y explicara el planteo táctico fallido y el bajo rendimiento de varias figuras. La suspensión de la conferencia de prensa no hizo más que alimentar las especulaciones de una posible renuncia o de un profundo quiebre con la dirigencia o el plantel.
El valor de la presencia de Gallardo ante los medios es incalculable en momentos de crisis. Su silencio se percibe como una evasión, en contraste con otros momentos donde enfrentó las derrotas con hidalguía y autocrítica. La furia no es solo por la derrota, sino por la sensación de abandono comunicacional.
El Impacto de la Decisión en la Interna de River:
- Dudas en el Liderazgo: El silencio de Gallardo podría minar la confianza de los jugadores más jóvenes que buscan una voz de mando clara tras la debacle.
- Presión Dirigencial: La furia del hincha presiona a la dirigencia de River a tomar medidas o, al menos, a pedir explicaciones internas que no se brindaron públicamente.
- Ambiente en el Monumental: El próximo partido de local se jugará en un ambiente de extrema tensión, con el riesgo de silbidos y protestas, algo atípico en el ciclo Gallardo.
La decisión de Gallardo de no hablar es, en sí misma, una noticia que generó más furia que el 2-0 final. La furia del hincha es el reflejo de la pasión por el club, y exige que el máximo responsable de la crisis dé las explicaciones necesarias para sanear la herida.
