Colapinto Gasly. El Gran Premio de México de Fórmula 1 dejó sabor a poco en Argentina, no por la actuación de Franco Colapinto, que nuevamente demostró un talento excepcional en una monoplaza inferior, sino por una polémica decisión de equipo que desató la indignación de los fanáticos. El piloto argentino, a bordo de su Alpine, estuvo cerca de una hazaña, pero fue frenado por una «orden de boxes» inaceptable.
El momento de la discordia se dio en las últimas vueltas, cuando Colapinto estaba a menos de un segundo de su compañero de equipo, Pierre Gasly, y rodaba con mejor ritmo. Los fanáticos esperaban que el equipo liberara la batalla interna, permitiendo al argentino buscar los puntos. Sin embargo, la radio se mantuvo en silencio con una instrucción tácita: mantener posiciones.
La Confesión del Director Deportivo
En la conferencia de prensa post-carrera, el director deportivo de Alpine, Bruno Famin, blanqueó la situación, confirmando el enojo: «En ese momento de la carrera, con un Virtual Safety Car potencial y los puntos asegurados, nuestra prioridad era proteger el resultado y evitar cualquier riesgo entre Colapinto Gasly.» Esta declaración, que prioriza el resultado del francés sobre la ambición del joven argentino, cayó como un balde de agua fría.
Para los seguidores de Colapinto, esta política de Alpine representa un obstáculo injusto para el desarrollo de su carrera. El argumento es simple: si el piloto de atrás es más rápido y tiene mejor rendimiento, debe tener la libertad de adelantar. Bloquear el paso por temor a un choque interno es una práctica que penaliza el mérito y genera una gran frustración. La indignación se extendió rápidamente en redes sociales con la etiqueta #FreeColapinto, cuestionando la gestión deportiva de Alpine. El talento de Franco es innegable, pero su futuro en la F1 parece depender no solo de su velocidad, sino de las complejas dinámicas de poder interno.




