El Síndrome de Burnout, o síndrome del trabajador quemado, ha dejado de ser un término de moda para convertirse en una epidemia de salud laboral en las escuelas mendocinas. La reciente decisión de la Caja de Servicios Sociales de la Provincia de Mendoza de catalogar oficialmente el Síndrome de Burnout como una «enfermedad laboral» de alto riesgo ha traído un inmenso Alivio a miles de docentes que luchan contra el agotamiento crónico, la desmotivación y el cinismo profesional.
El gap de curiosidad es el cambio en la política de licencias. El Alivio se debe a que el reconocimiento del Síndrome de Burnout habilita a los profesionales de la educación a acceder a licencias médicas prolongadas, con cobertura total, y a tratamientos psicológicos y psiquiátricos específicos. Hasta ahora, el agotamiento extremo se trataba como un cuadro de estrés general, lo que limitaba las licencias y no abordaba la raíz del problema. El Síndrome de Burnout en el sector docente mendocino se disparó tras la pandemia, debido a la sobrecarga de tareas administrativas, la violencia en las aulas y la falta de reconocimiento salarial.
La promesa de valor de esta nota es la guía para el diagnóstico y el tratamiento. Box Diario consultó a psicólogos laborales que explicaron las tres dimensiones clave del Síndrome de Burnout: el agotamiento emocional (sentirse drenado), la despersonalización (una actitud de indiferencia o cinismo hacia el trabajo) y la baja realización personal (la sensación de que el trabajo no tiene valor). Identificar estos síntomas es el primer paso para obtener el Alivio. El diagnóstico permite a los docentes mendocinos no solo descansar, sino también acceder a terapias de recuperación enfocadas en el manejo del estrés laboral y el restablecimiento del equilibrio entre la vida personal y profesional. Este reconocimiento es un gran paso para el sector de la salud laboral y es un motivo de Alivio que sienta un precedente para otros gremios estatales con alta exposición al estrés. La provincia se convierte en pionera al abordar el Síndrome de Burnout como una enfermedad con el rigor que merece.
