El talento mendocino cruzó el océano y triunfó en la meca del cine. El Festival de Cannes, el evento cinematográfico más prestigioso del mundo, fue el escenario de un sorpresivo anuncio que llenó de Orgullo no solo a la provincia, sino a toda la industria nacional: una película mendocina se alzó con el premio a Mejor Ópera Prima, superando a producciones de gran presupuesto.
El gap de curiosidad es la temática y el director. La película mendocina, titulada provisionalmente «El Último Riego», es una obra cruda y poética que narra el conflicto hídrico en las zonas rurales del secano, y la lucha de una familia por mantener viva su viña en el desierto. La Orgullo es doble, ya que el director, un joven cineasta egresado de la UNCuyo, nunca antes había filmado un largometraje. El jurado de Cannes destacó la honestidad de la narrativa y la belleza visual del terroir mendocino.
La promesa de valor de esta nota es el acceso al equipo de producción. Box Diario contactó al equipo de la película mendocina, quienes describieron el sorpresivo anuncio como la culminación de años de esfuerzo y financiación autogestionada. El premio no solo es un reconocimiento artístico, sino una inyección de esperanza para el cine regional, demostrando que las historias locales tienen resonancia universal.
El impacto de la película mendocina trasciende lo cultural. El premio asegura su distribución en Europa y Estados Unidos, llevando la imagen de Mendoza a millones de personas. El Orgullo es ver cómo la aridez, el esfuerzo y la resiliencia, valores tan mendocinos, se convierten en arte de exportación.
Este sorpresivo anuncio es una demostración de que la perseverancia y la autenticidad son la fórmula del éxito. La película mendocina no solo ganó un premio, sino que conquistó el corazón del cine mundial, y ese Orgullo nos pertenece a todos.




