Un ensayo clínico preliminar mostró resultados asombrosos sobre el impacto del medicamento en la progresión de enfermedades neurodegenerativas. Los científicos creen haber encontrado una vía inesperada para frenar el avance del Parkinson.
Ozempic, el medicamento que revolucionó el tratamiento de la diabetes tipo 2 y se popularizó por su efecto secundario en la pérdida de peso, podría estar a punto de reescribir la historia de la neurología. Un estudio reciente, cuyos hallazgos preliminares han causado gran asombro en la comunidad científica, sugiere que este fármaco tendría un efecto clave en la lucha contra el Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas.
La investigación se centra en la semaglutida, el ingrediente activo de Ozempic. Este compuesto pertenece a una clase de medicamentos que imitan la hormona GLP-1, que regula el apetito y la insulina. La sorpresa reside en que los receptores GLP-1 no solo se encuentran en el páncreas y el cerebro, sino que también podrían tener un rol crucial en la protección de las neuronas de la sustancia negra, las cuales se pierden en los pacientes con Parkinson.
El estudio, aunque pequeño, mostró que los pacientes con Parkinson que recibieron semaglutida no solo tuvieron una mejoría en el control de sus síntomas motores, sino, y esto es lo más importante, una notable desaceleración en la progresión de la enfermedad. La esperanza radica en la capacidad antiinflamatoria y neuroprotectora del fármaco, que podría estar frenando el proceso de daño neuronal.
Para los mendocinos, el hallazgo de que un medicamento ya aprobado para la Ozempic diabetes pueda tener esta nueva aplicación es un hito de esperanza. El Parkinson es una enfermedad compleja, y hasta ahora, la mayoría de los tratamientos solo se enfocan en mitigar los síntomas, no en detener su avance. Si estos resultados se confirman en ensayos a gran escala, semaglutida podría convertirse en el primer fármaco modificador de la enfermedad, cambiando radicalmente la calidad de vida de los pacientes.
Los científicos advierten que la euforia debe ser cauta, ya que el camino desde los ensayos preliminares hasta la aprobación para un nuevo uso es largo. Sin embargo, el efecto clave observado en el estudio abre una nueva e inesperada vía de investigación. Lo que comenzó como un medicamento para la diabetes ahora es una promesa para la lucha contra una de las enfermedades más devastadoras de la vejez, demostrando que la ciencia nunca deja de sorprender.




