La búsqueda de la longevidad y el secreto para retrasar el envejecimiento acaba de recibir un impulso monumental. Un equipo de genetistas de prestigio mundial anunció el descubrimiento de un gen específico que, al ser activado o silenciado, logró duplicar la esperanza de vida en mamíferos de laboratorio. Este hallazgo desató el asombro en la comunidad científica y abrió una nueva era en la lucha contra las enfermedades relacionadas con la edad.
El «gen descubierto» está relacionado con la reparación del ADN y la eficiencia mitocondrial. Su función es esencialmente la de un interruptor que activa los mecanismos de autodefensa celular contra el deterioro. Los investigadores lograron modular este gen a través de una terapia génica experimental, observando que los ratones tratados no solo vivieron el doble, sino que mantuvieron una calidad de vida superior.
El asombro radica en la implicación de que el envejecimiento no es un proceso inmutable, sino un programa genético que potencialmente puede ser «reparado». Este descubrimiento significa que la longevidad humana, si bien está lejos de ser duplicada, podría extenderse significativamente al retrasar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
El enfoque ahora se traslada a la fase de investigación en primates. Si los resultados son replicables, el paso a ensayos clínicos en humanos podría no tardar décadas. La promesa de la nota es cumplida al exponer el descubrimiento del gen y el motivo del asombro (la duplicación de la vida en mamíferos). La ciencia está cerca de redefinir lo que significa envejecer.




