Tras años de litigios, un tribunal de alto rango en Reino Unido dio lugar a una demanda clave, estableciendo un «nexo causal» entre el fármaco y una condición crónica. Descubre qué enfermedad neurológica está en el centro de esta polémica relación y cuáles son sus síntomas.
El miedo se reaviva en la comunidad médica y entre la población mundial. Un reciente fallo de la Justicia británica ha generado un impacto global al establecer un «nexo causal» entre la administración de la Vacuna COVID producida por el laboratorio Pfizer y el desarrollo de un síndrome neurológico poco frecuente, la neuropatía de fibra pequeña (NFP). Este dictamen judicial, que se deriva de una demanda de indemnización, ha puesto el foco en los efectos adversos de las vacunas de ARNm.
La neuropatía de fibra pequeña es una condición que afecta las fibras nerviosas más delgadas, responsables de transmitir sensaciones como el dolor, la temperatura y el tacto. Los pacientes que sufren de NFP experimentan síntomas debilitantes que incluyen ardor crónico, descargas eléctricas, entumecimiento y un dolor agudo, especialmente en las extremidades. En muchos casos, esta enfermedad es progresiva y puede afectar gravemente la calidad de vida.
El fallo en Reino Unido se basa en el caso de varios ciudadanos que experimentaron síntomas de NFP poco después de recibir la inyección de Pfizer. Aunque la empresa y las agencias sanitarias internacionales han insistido en que estos eventos son «extremadamente raros» y que los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos, la decisión judicial es un precedente legal ineludible. Por primera vez, se acepta en un tribunal de alta jurisdicción la existencia de una conexión directa, movilizando el sistema de compensación por daños causados por vacunas.
Este evento legal no implica que la vacuna de Pfizer deba ser retirada del mercado, sino que subraya la necesidad de una vigilancia constante y una mayor transparencia en el reporte de efectos adversos. Los científicos argumentan que la respuesta inmunológica desmedida, que ocurre en una proporción ínfima de la población, podría ser el mecanismo detrás del daño a estas fibras nerviosas delicadas. Las autoridades sanitarias de Argentina y la región ya están analizando las implicancias del fallo para actualizar sus protocolos de seguimiento y farmacovigilancia.
La recomendación médica sigue siendo la misma: la vacunación ha salvado millones de vidas y es la herramienta más efectiva contra la pandemia. Sin embargo, para aquellos que sientan los síntomas descritos de ardor o dolor neuropático persistente tras la vacunación, la sinopsis de esta noticia debe servir como una alerta para que busquen una consulta neurológica especializada, permitiendo un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para esta rara y dolorosa condición.




