Una modalidad de ciberdelito sofisticada está vaciando cuentas bancarias y robando información sensible de los mendocinos. El engaño comienza con un mensaje inocente que activa una trampa financiera letal.
Una peligrosa estafa virtual está generando una ola de alerta y preocupación en Mendoza, comprometiendo los datos y el dinero de cientos de ciudadanos. Lejos de los trucos burdos, esta nueva modalidad utiliza la ingeniería social con una precisión alarmante, explotando el desconocimiento de las víctimas sobre la seguridad digital. La clave para desarmar la trampa es una sola: evitar el único clic que desencadena la pérdida de sus ahorros.
La nueva modalidad, conocida como Phishing-vishing mejorado, comienza con un mensaje de texto o WhatsApp que simula ser un organismo oficial (AFIP, ANSES o incluso un banco local). El mensaje, redactado con urgencia y autoridad, le informa a la víctima sobre un supuesto «problema con su cuenta» o una «deuda impaga inminente». Este es el primer gancho emocional.
Inmediatamente, el mensaje dirige a la víctima a hacer un único clic en un enlace que parece ser el sitio web oficial. Sin embargo, este es un sitio espejo (clonado) que roba sus credenciales. Si la víctima se resiste, el siguiente paso del estafador es el «vishing»: una llamada telefónica con una persona que se hace pasar por un asesor del banco. La trampa final es la más peligrosa: el supuesto asesor le pide a la víctima que haga un único clic en un enlace de validación (que en realidad es un token de autorización) para «cancelar la operación fraudulenta».
Box Diario ha verificado con la Dirección de Delitos Informáticos de la provincia que el único clic que se debe evitar es cualquiera que lo dirija a una página para ingresar datos o que autorice una operación en el momento. Los bancos nunca pedirán sus claves por teléfono, ni enviarán links de validación.
Para protegerse de esta estafa virtual, la regla es simple: si recibe un mensaje o llamada urgente, corte la comunicación y llame al número oficial de su banco o del organismo en cuestión. Nunca use el número de teléfono que le proporcione el supuesto «asesor». La alerta es máxima, pero la prevención es sencilla. La promesa de valor es empoderar al mendocino: no importa lo convincente que sea el engaño, el control final de su seguridad está en evitar ese único clic sospechoso.




